sábado, 15 de noviembre de 2014

Creación 1. LA LETRA C



Caminaba el caballero con cuidado a la ciudad cuyas casas caían a cachos y los caminos confluían confundiendo a los caminantes.
Se cobijó, como cualquier cíngaro se cobija en una cochiquera. En la chabola sacó la caña de pescar de su carretila y caminó hacia el caudal del Congo; acabó con una carpa y una cabrilla de cena.
Un cabo callejeó cuestionándose que campista acamparía en una cochiquera cualquiera. Con cerote en el cuerpo el caballero cogió su capazo y cargando con sus cosas corrió como un corzo en una cacería.
Su condición era de conde castellano y coleccionista de chatarra. Su condiscípulo era un chiflado que un día comió con una chela y catapultó desde el castillo a un castellano contra todo el condado. 
El conocido chatarrero, además de conde y caballero fue condenado a 
Acostumbrado a escapar, continuó corriendo. De un cuchillazo cortó unas cerezas, las comió y tiro los cuescos a la cuneta de la carretera. Cayó el día y en un cubil  comió un cuenco de caldo de carne mientras el cierzo chocaba contra la cueva. Caminaba algo cojitranco pero cimbreante con gran calor en su cuerpo color cobrizo mientras un colibrí canturreaba una coda. 
Caía la tarde cuando unos caballeros con caballos claros le apresaron y con poco cuidado le arrestaron.